El amor en la Literatura Infantil y Juvenil

¿De qué hablamos cuándo hablamos de amor?

¿Cuántos tipos de amor conocemos?

¿Esta mal dar a leer historias de «amor romántico» en esta época de deconstrucción del mismo?

Escribe Elsa Bornemann: «A los cinco años planté un nombre. Aún no sabía escribir y el jardín me reservaba un lugar mágico bajo las azaleas cultivadas por papá. Allí lo pronuncié por primera vez…»

Así comienza «Uno más uno», el único cuento del poemario «El libro de los chicos enamorados», editado por primera vez en octubre de 1976. (Fíjense, que fecha, hay que ser valiente para escribir y editar un libro así en esa época con tan poco amor.)


Parece raro pero cuando Elsa escribió este libro se escuchaban cosas como «el amor no es cosa de chicos» o «los chicos sólo piensan en jugar». La gente hasta se enojaba cuando se hablaba de los chicos y el amor. El caso es que Bornemann vino a decir «señores y señoras, los chicos también se enamoran, desean y sufren. Así que mejor vamos a acompañarlos. Por mi parte voy a escribir algunos poemas para que tengan a mano.»

Esa complicidad es mantenida a lo largo de todo el libro comenzando con un índice  que clasifica la utilidad «aparente» de los poemas: amores imposibles, amor roto, amor reconciliado, primer amor, amor no correspondido y así. La escritora parece tener un poema para cada momento del amor. Todo esto va pasarles queridos lectores y mejor será que tengan un poema a mano.

El poemario va construyendo un yo lírico que habla desde la infancia en el que el disparate mixturado con una prosa que juega con aires del siglo de oro español cantan a los amores de la vida cotidiana en una Buenos Aires que ya no existe, una ciudad con aires de pueblo, con subte y campanario.

¿Qué ideas acerca del amor en la infancia encontramos en este libro? Bueno hay de todo. Claramente abunda el amor romántico, valiente y desenfadado como una manera de visibilizar esos estados en la infancia: «Yo me amarro, cada día, al marcito de tus ojos, niña mía. Puerto verde; derrotero, donde su libertad pierde, mi velero.» ¿Está mal querer así?
Pero como en los niños ninguna emoción es permanente, en este libro es igual y el desamor más sentido se convierte en disparate o el amor se vive mezclado con la fantasía: adentro de esta naranja te invito a vivir conmigo.»

«Declaración de amor por cuadruplicado» le escapa al amor «romántico» y abre el juego a otras formas de sentir: «Oh bella Susanita- mi tesoro, necesito decirte que te adoro. Pero si yo te disgusto, no te aflijas. No voy a odiarte porque no me elijas…Sólo espero que me hagas un favor: que le pases estos versos a Leonor…»

Para terminar

Quiero volver al cuento «Uno más uno». A esa niña plantando un nombre en un jardín, una escena de intimidad en la infancia. Y decir intimidad e infancia todavía cuesta porque los adultos  queremos saberlo y controlarlo todo acerca de los chicos. Pero la infancia se rebela. Y ella está ahí, sola en un jardín, plantando un nombre de alguien que aún no existe como una promesa hacia ella misma. Creo que Bornemann nos deja en esa escena la más sabia de las certezas: amar es plantar semilla, simiente, palabra.

Las ideas acerca del amor van cambiando y ese es uno de los temas que estaremos trabajando en el próximo taller » Las voces de la manada» a traves de lecturas y escrituras como las de este amado libro.

¡Les esperamos allí!

Escribió:

Eugenia De Micheli

Autora de «La vaca de mi abuela» de Ediciones del Naranjo, «Mi túnel» (Revista Maten al mensajero) y «Amor pendiente» (Tercer premio del Concurso Relatando en Boedo) entre otros. Su poema «Desde que estoy aquí» fue premiado en abril del 2020 por la Editorial Milena Caserola. Participó también en antologías de cuentos (Plexo Cuentos, Chile y «Muertos de amor y de miedo» Ediciones de la terraza) y su libro «Amigas» fue seleccionado como mejor libro-objeto por la editorial Re-Volver de España en el concurso «Máximo Calibre». Enseña en ámbitos formales y no formales, mediando entre las lecturas y las infancias.

«Chicos:
Cada vez que aseguro que ustedes se enamoran tal como los «grandes», me sucede más o menos lo siguiente: – Algunos «grandes» se ríen y me miran como si me estuvieran brotando margaritas por las orejas. . .”

elsa bornemann en «el libro de los chicos enamorados«

Publicado por narrandoinfancias

Narrando Infancias es un espacio donde vivir experiencias poéticas y transformadoras en torno a la infancia. Una casa de puertas abiertas donde tendemos puentes hacia nuevos espacios simbólicos conjugando múltiples miradas y lenguajes a través de la reflexión, el juego y la creación.

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